Se considera que el metal es el mejor material para la construcción de un spa.
El acero inoxidable y el metal ofrecen rendimientos y comodidades que otros materiales no: en primer lugar, su durabilidad; el metal no se merma, resquebraja o se ampolla.
Son soldados con TIG que promueve superficies a prueba de fugas. Un spa de metal es muy higiénico. Ambas superficies ofrecen una resistencia superior a las bacterias.
La estética del metal se combina armoniosamente con materiales comunes de jardinería, así se conjuga con la piedra natural y el follaje en combinación con tonos cálidos generando entorno atractivo para todos los sentidos.
Además estos metales son sostenibles ya que son totalmente reciclables.