Proyecto ambicioso y atrevido desarrollado con competencia por el arquitecto Francisco Peñalosa Izuzquiza donde se ha sabido combinar perfectamente el moderno interior del edificio con un continente antiguo y señorial.
La osadía para acometer la reforma de este espacio es fácilmente perceptible ante el aprovechamiento actual del volumen de la platea de la sala, antaño ocupada por un graderío convencional que daba cabida a los espectadores al uso de los años 30 en que fue concebido.
Frente a la antigua y estática disposición, en la actualidad se ubica una grada telescópica que permite la polivalencia del teatro para diferentes alternativas escénicas antes imposibles de abordar. En un espacio aproximado de 3.36m x 11.25m x 1.2m se almacena la estructura que,
extendida, permite un aforo de 174 espectadores en 10 filas escalonadas.
En la tribuna telescópica TTEZ–α se instala la butaca Mínor que se concibe y fabrica sobre plataformas de 900mm. de huella y contrahuellas de 360mm. que aseguran una óptima visibilidad y confortabilidad desde el asiento para cualquier espectador. El funcionamiento del graderío es completamente automático, tanto en la apertura y cierre, como en el abatimiento y alzado de las butacas.
El aforo del teatro se completa también con butacas modelo a las que se les aplica una solución de giro 360º exclusiva de Ezcaray Internacional, así como otras fijadas convencionalmente en primer y segundo anfiteatro, hasta un total de 310 plazas.