Para conseguir determinadas piezas cerámicas especiales se recurre al proceso industrial del termo-conformado. Este se practica en baldosas cerámicas acabadas y permite que cada una de ellas tenga un doblado particular. De esta forma, se alcanzan diferentes tipos de curvaturas.
El uso de piezas curvadas en los proyectos es un valor añadido para el diseño de interiores y ambientes, tanto por su carácter estético como arquitectónico.
En este ciclo de fabricación, a las piezas se les practican unas ranuras en el reverso, se vuelven a meter en el horno y, al alcanzar determinada temperatura, se pueden doblar. En otras ocasiones, no se necesitan las ranuras, simplemente se colocan las piezas sobre un molde y adoptan la curvatura de este.
La principal ventaja del termo-conformado es que aporta originalidad a las piezas cerámicas Esta técnica, que utiliza la última tecnología en fabricación e investigación, permite alcanzar una nueva forma de entender los revestimientos, revolucionando así el concepto de las superficies planas.
Las formas que se consiguen permiten a arquitectos y diseñadores de interiores aplicar todo tipo de curvaturas en sus proyectos. Surgen así nuevos atributos tridimensionales. Las piezas aportan relieve, profundidad e intensidad a los espacios. De esta manera, se reinterpretan los estilos y se amplían las posibilidades creativas.
Además, es posible adaptar esta novedad al hogar. Estos revestimientos cerámicos pueden decorar, por ejemplo, la pared principal de un dormitorio, consiguiendo un efecto especial y diferente. Las piezas se pueden concentrar en el cabecero, resaltando la elegancia y la sofisticación de estos volúmenes. Aplicadas en la pared principal del salón, centran la atención y la convierten en una obra de arte.